Enumeramos 4 razones para mostrar cómo este control ayuda a garantizar la calidad del agente inmunizante.
Desde que se creó la primera vacuna en el siglo XVIII, se han salvado y se siguen salvando millones de vidas.
Sin embargo, para que esto ocurra de manera segura, es fundamental que exista un estricto control de calidad durante las etapas de producción, almacenamiento y distribución de dosis.
Actualmente, con la aplicación de la vacuna contra el coronavirus ocurriendo a gran escala, y debido a su importancia para la reanudación de la vida social y la economía mundial, toda la atención de la sociedad se ha centrado en el control de calidad del producto.
No obstante, para garantizar la eficacia y seguridad necesarias, los laboratorios de fabricación y las unidades de almacenamiento y distribución llevan a cabo numerosas prácticas de control.
Una de estas prácticas, y quizás una de las más importantes en este proceso, es el control de la temperatura y humedad relativa en las áreas donde se manipula y almacena la vacuna.
En general, las vacunas deben mantenerse en un rango de temperatura específico, que generalmente varía entre 2°C y 8°C, pero que puede alcanzar temperaturas negativas, según el tipo de inmunizador. Si no se almacena en condiciones ideales, la acción inmunizante en el cuerpo puede verse comprometida.
Así, podemos ver que todos los cuidados son fundamentales para que no se pierda ninguna dosis y se puedan salvar más vidas. Para una mejor comprensión, consulte la lista a continuación con 4 razones para realizar el control de la humedad y temperatura en la producción, almacenamiento y distribución de vacunas.
- Cumplir con las normas de INVIMA: El Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos, organismo responsable de aprobar los agentes inmunizantes que se aplicarán en Colombia, cuenta con una serie de normativas específicas relacionadas con el control de calidad de las vacunas durante todo el proceso hasta su aplicación.
Entre estos controles se encuentra la temperatura y humedad, que, de no ser seguidos y probados por el laboratorio, pueden resultar en la no aprobación o suspensión temporal de la producción.
Con esto, todos pierden: el laboratorio, que tendrá sus actividades suspendidas por tiempo indefinido; y la población, que no tendrá acceso a los agentes de inmunización.
- Garantizar la integridad del envase: entre los ítems requeridos por INVIMA para cualquier tipo de vacuna es la integridad del envase al ser recibido por los servicios o agencias de salud de los Departamentos de Salud regionales.
En este sentido, las variaciones de temperatura y humedad pueden dañar el envase (generalmente de cartón) lo que derivará en la necesidad de desechar el lote.
Esto se debe a que las cámaras de enfriamiento generalmente condensan la humedad en el aire, formando gotitas que permanecen en la superficie del paquete.
En el caso de los viales, las variaciones de temperatura, en más o menos, pueden provocar grietas u otro tipo de deterioro, factor que también impide su uso.
3) Conservación de las propiedades del inmunizante: la especificación del rango de temperatura en el que deben almacenarse las vacunas está directamente relacionada con la preservación de la propiedad biológica del inmunizante, que sólo tendrá efecto en el organismo si es mantenido en condiciones adecuadas de almacenamiento.
4) Prevención de averías en los equipos de refrigeración: la humedad excesiva en las cámaras de refrigeración puede provocar un aumento de la cantidad de hielo, que a su vez puede obstruir las salidas de aire y dañar el frigorífico. Este problema operativo puede resultar en una variación de temperatura diferente al rango recomendado o incluso en la necesidad de apagar el equipo para mantenimiento, reduciendo así la capacidad de producción y retrasando el calendario de entrega de estas vacunas.
¿Cómo evitar los problemas provocados por la humedad del aire y temperatura inadecuada a la hora de almacenar las vacunas?
Este problema se puede resolver fácilmente con dos soluciones simples: la compra de un termohigrómetro y un deshumidificador, que se pueden instalar en el área de almacenamiento.
- Termohigrómetro: es un medidor de la temperatura y humedad relativa del aire, con el que es posible verificar constantemente si se encuentran dentro de los parámetros recomendados para el almacenamiento de vacunas en stock.
PPara cumplir con las normas de INVIMA, es fundamental realizar y registrar el control realizado, para demostrar el historial.
- Deshumidificador: es un equipo cuya función es eliminar la humedad del aire ambiente y hacerlo más seco y apto para un almacenamiento seguro. Para la estructura de las cámaras frigoríficas, el modelo ideal de deshumidificador es el compacto, fabricado y comercializado por Bry-Air. La serie FFB de deshumidificadores compactos cuenta con equipos adecuados para diversos tamaños de entornos que ayudan a trabajar en espacios específicos.
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